Un gran punto en La Coruña que pudo ser más

El Granada arrancó muy sólido, en un 4-4-2 que rápidamente se hizo con el control del centro del campo. Las intervenciones por dentro de Naima y la inteligencia de Lauri ayudaron a crear una superioridad que desbordó a un Dépor que, para colmo de males, tuvo que sustituir pronto a su cerebro, Henar, por una lesión muscular. Marta Carrasco y Altamira, una central por cada equipo, tuvieron dos ocasiones de gol calcadas en dos saques de esquina. La rojiblanca la dirigió a portería, pero Lucía la detuvo. La de Altamira se marchó cerca del poste. Sensacional estuvo otra central, Postigo, lanzándose al suelo para despejar un disparo muy peligroso de Laura Fernández.

El Granada, que estaba mucho más cómodo, encontró la ventaja en un balón parado que Naima ejecutó a la perfección. Levantó el brazo, señal conocida por sus compañeras, que movieron los engranajes en el área. Lauri, rápida, acudió al punto de penalti esperando un balón tocado muy suave por Naima. La defensa, algo quieta, dejó rematar con la punta de la bota a la capitana nazarí, que superó por alto a una Lucía desacertada en la salida.

El gol no sentó del todo bien a un Granada que empezó a rifar más de la cuenta el balón. Se acularon un poco las horizontales, resguardadas a la espera de un contragolpe mientras el Dépor avanzaba sus líneas tratando de responder pronto al gol inicial de las de Lamesa. Cris Martínez estuvo cerca de empatar con un disparo que le botó delante a Sandra. Se marchó lamiendo su poste derecho.

Cuando mejor parecía estar el cuadro local, llegó el segundo de las rojiblancas, poniendo muy de cara el encuentro a las granadinas. Todo fue fruto de un mal pase deportivista en campo propio. El Granada pudo oler la sangre, acudió al error y montó la contra. Naima, por banda, conectó con Lauri, que tiró de generosidad para dejar el balón de cara a Macías. No se lo pensó la atacante, que disparó a meta. El cuero tocó en la cabeza de Letti, cogiendo altura y dirigiéndose a Lucía. El balón era fácil para la portera, pero se hizo un lío. Quiso despejar con los puños y no conectó con el balón. Noe, que pasaba para molestar el salto, se encontró el balón y lo remató de cabeza a puerta vacía.

El Dépor era un flan en su área. Macías casi remata a los pocos minutos otro balón que la zaga local falló hasta tres veces al despejar. Todo gracias a un gran trabajo de Lauri, peleando cada balón aéreo y generando dudas en la exrojiblanca Raquel. Para el Granada estaba siendo realmente sencillo hacer daño a las locales. Macías se encontró con una bien colocada Lucía en un disparo escorado, mientras que Noe perdonó el tercero en un mano a mano con la portera. Su último control fue demasiado largo.

Ya no inquietaba el Dépor y el primer tiempo llegaba a su fin cuando Millene, en un destello individual, metió a las gallegas en el partido. Entró sin demasiada oposición por el centro. Las granadinas, algo pasivas y cansadas, la dejaron avanzar hasta que la ’11’ local sacó un zurdazo seco que botó muy cerca de Sandra. No hizo falta que estuviese muy ajustado para que la portera del Granada no llegase a sacarla.

El segundo tiempo no pudo comenzar con más dudas en las rojiblancas. El gol espoleó a un Dépor que salió con todo en el primer cuarto de hora y sólo la seguridad por alto de Sandra evitó algún susto. Millene quiso replicar su gol con otro lanzamiento lejano que controló en dos tiempos la guardameta de Lamesa. Fueron minutos complicados en los que el Granada apenas supo llevar el balón al campo contrario. Un contragolpe de Lauri, que falló al dar el último pase a Naima, fue el único peligro que generaron las andaluzas en más de 25 minutos.

Lamesa quiso cambiar la dinámica del partido y puso a Inés por dentro, retirando a la voluntariosa Macías. El agobio de las locales no cesó. Aroa sacó un cohete de su pierna derecha que, por suerte para las rojiblancas, salió muy centrado. Sandra pudo sacarla de puños a córner. El alivio duró segundos. El córner, botado al segundo palo, encontró el muslo de la exrojiblanca Raquel, que casi sin querer lo metió en las redes. No lo celebró.

La ventaja de dos goles se había esfumado y todo empezaba de nuevo con un Granada tembloroso. Los nervios se encarnaron en Alba Pérez, que se complicó en un despeje y se la dejó en el área pequeña a Aroa. Excesivamente optimista, la deportivista disparó sin ángulo y la mandó a la red cuando un centro habría sido más de medio gol para las suyas. Los últimos minutos fueron locales, con el Granada haciendo esfuerzos para evitar la remontada. Inés, puntual en el punto de penalti, mandó a córner un balón que pedía ser rematado. De igual manera, la frente de Marta Carrasco alejó el peligro en el segundo palo ya en el 89.

Y a pesar de todo, la más clara del descuento fue para el Granada en un robo de Alicia. Iban cuatro rojiblancas para una única central deportivista, que contemporizó de fábula y desbarató el regate de una Alicia que debió esperar a que Naima o Pamela le doblaran. El partido acabó con las nazaríes acalambradas, muestra del esfuerzo en vano de un segundo tiempo en el que apenas supieron ser ellas y generar peligro. Por supuesto, hay que conceder mucho mérito a un gran Dépor al que el Granada no empequeñeció lo suficiente.