Miguel Ríos, letras con mucha música

Miguel Ríos, letras con mucha música

Miguel Ríos, en un momento del concierto celebrado anoche en el Teatro Isabel la Católica. /pepe marín

Miguel Ríos, en un momento del concierto celebrado anoche en el Teatro Isabel la Católica. / pepe marín

El cantante granadino clausura la reunión anual de directores del Instituto Cervantes con un concierto íntimo y muy personal

La reunión anual de directores del Instituto Cervantes tuvo anoche una clausura que da la medida de la potencia cultural de Granada. El Teatro Isabel la Católica se llenó de un público ansioso por disfrutar del gran protagonista de la noche: Miguel Ríos, quien ofreció un concierto íntimo y personal, después de ofrecer un legado que permanecerá en las ‘Cajas de las Letras’ del Instituto Cervantes, dirigido por otro granadino, el poeta y profesor Luis García Montero. Este, en la presentación del concierto, quiso destacar al cantante como «alguien que desde que se fue a Madrid en 1961 a dedicarse al mundo de la canción, es un artista clave para reivindicar la identidad del español, tendiendo puentes a ambos lados del Atlántico».

Antes de entregar el legado, el público pudo disfrutar de un pequeño documental de 10 minutos elaborado por Televisión Española, que recuperó algunas de sus apariciones en televisión –algunas realmente carpetovetónicas, eran otros tiempos–, incluyendo el bigote de José María Íñigo, el entrañable frenillo de Ángel Casas, carreras a lo Rocky Balboa y la interpretación de ‘Himno a la alegría’, la canción que le convirtió en una figura global. También hubo tiempo para retratar al cantante en su ciudad, y en las interminables giras de discos como ‘Rock & Ríos’ o ‘El rock de una noche de verano’.

El teatro en pie aplaudió la aparición del artista al escenario. Ríos aseguró que nunca pensó que su vida tomaría el rumbo que acabó con él dedicándose a la música, una dedicación que «me ha ofrecido una recompensa tan inmensa». Recordó su debut con su espectáculo ‘Conciertos de rock y amor’ en el mismo escenario que le acogió anoche, en 1972.

Tras entregar el contenido de su Caja de las Letras, se inició un concierto en el que el cantante estuvo acompañado por cuatro músicos con, cómo no, ‘Bienvenidos’, mientras la mitad del patio de butacas –es el signo del ahora– dispararon el vídeo de sus teléfonos móviles. «Medio siglo de camino desde los tiempos del Price», como recordó en la letra tuneada de ese himno generacional, contemplan a un artista que sigue disfrutando y emocionándose cantando sus letras y oyendo su música. Siguió el mensaje con visos de recopilación vital de ‘Memphis–Granada’, un camino lleno de libertad y rock and roll.

El artista interpretó algunos de sus grandes éxitos, con Anni B Sweet y Antonio Arias de invitados

Habló Ríos de la dificultad de adaptar las letras inglesas al español, y usó como ejemplo ‘Estremécete’ de Los Llopis, con la segunda parte en el inglés de Elvis Presley, y ‘La plaga’ de Enrique Guzmán y Los Teen Tops, con la segunda parte de su original, el ‘Good Golly Miss Molly’ de Little Richard. Y de América a lo más cercano, el ‘Vuelvo a Granada’, con ese despacioso tren como hilo conductor, y al recuerdo juvenil del ‘Cruce de caminos’ donde se hicieron realidad los sueños. Luego, el recuerdo de Ángel González de ‘Para que yo me llame’, la dura ‘La oración’ y la muy actual ‘Estirpe de Caín’, ‘Luna de Alabama’, con Antonio Arias, ‘El río’, ‘Nueva ola’, con Anni B. Sweet, los machadianos ‘Cantares’, y dos bises de oro, ‘Santa Lucía’ y el ‘Himno a la alegría’. Un recital de libro para finalizar una reunión de letras.

El cantante mostró el legado que irá a su Caja de las Letras. / PEPE MARÍN

Discos, cartas y fotos en una caja llena de vivencias únicas

El presidente de la Diputación, José Entrena, y el alcalde de la capital, Francisco Cuenca, actuaron como testigos de la entrega de un legado que esconde retazos de la existencia del cantante granadino. En primer lugar, un paquetito de cartas –la primera fechada el 28 de noviembre de 1961– dirigidas a su cuñado, Antonio Montoro, su referente personal, donde le contaba sus vicisitudes de los primeros años en Madrid, «mentiras no muy piadosas incluidas». Añadió el libro de memorias ‘Cosas que siempre quise contarte’, un manuscrito actual de su canción ‘Vuelvo a Granada’, su primer disco ‘Mike Ríos, el rey del twist’, y el más reciente, además de algunas fotos. La caja volverá a abrirse asi que pasen 30 años, guiño a otro de sus discos.

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