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Parece como si, de sopetón, los días de vino y rosas que acompañaban al Covirán Granada en su estreno en la Liga Endesa se hubieran terminado. Más allá de la racha tres derrotas consecutivas, que sitúa a los rojinegros por primera vez en el curso con un balance negativo –cinco triunfos y seis tropiezos– la lesión en el tendón rotuliano de la rodilla de Luke Maye, que le tendrá de baja entre dos y tres meses según informó el club y la que sufrió, en la misma articulación, Cristiano Felicio en la visita al Casademont Zaragoza, han traído negros nubarrones al futuro inmediato de un equipo rojinegro al que la suerte parece haberle cambiado de sopetón.

Eso sí, cabe reseñar que la situación en la clasificación dista mucho de ser dramática, con el Covirán aún con tres victorias de margen sobre los puestos de descenso, y con dos más que rivales como Zaragoza o Fuenlabrada que de acabar hoy la temporada salvarían la categoría. En ese sentido, el excepcional inicio liguero de los rojinegros les permite ahora mantener una cierta calma y no ir con el agua al cuello, como habría sucedido en caso de darse estas dos lesiones en una situación más precaria en la tabla de la Liga Endesa.

En todo caso, la preocupación es palpable en el club. La cara del fisioterapeuta Alberto Cuello durante la primera exploración a Cristiano Felicio sobre el parqué del Príncipe Felipe no pudo ocultar sus malas sensaciones. Apenas había transcurrido la primera jugada del partido cuando, tras un poderosísimo mate, el aterrizaje de Felicio quebraba su rodilla y buena parte de las esperanzas de un Covirán que, a partir de ese momento, y pese a empezar por delante el partido, pareció tener claro que en Zaragoza acabaría hincando la rodilla. Humano, después de que, de los cuatro fichajes del verano llamados a dar el salto de calidad a la plantilla, tres hayan caído lesionados.

Preocupación

Lo cierto es que las sensaciones sobre la rodilla de Cristiano Felicio son muy malas. Las pruebas médicas a las que se someterá hoy dictaminarán el alcance definitivo de su lesión, pero en el club se piensa que la patología del brasileño es grave y que, muy probablemente, no volverá a vestir la camiseta del Covirán esta temporada. Tal es el nivel de preocupación que prácticamente cabe afirmar que todo lo que no sea así caería como una grata sorpresa en unas oficinas rojinegras que ya trabajan a toda velocidad para recomponer una plantilla que se ha quedado muy mermada y que el próximo domingo, con la visita del Valencia Basket (18.30 horas), arrancará una exigente racha de cinco encuentros que también traerán a Granada a Baskonia y Real Madrid y llevará a los de Pin a visitar dos duras plazas como Tenerife y Badalona.

Prince Ali

A otra figura a la que podría afectar todo este maremoto que está afectando el Covirán es al alero Prince Ali. Días atrás, en la comparecencia previa al encuentro ante el Betis, Pablo Pin aseguro que «la intención es que continúe, pues estamos muy contentos con él», pero avisó de que «si de aquí a final de mes –cuando expira el contrato del alero– se lesiona un pívot, igual tenemos que fichar a un interior y no tenemos dinero para los dos». Solo una semana después se ha dado casi el peor escenario imaginable, cayendo no uno sino los dos interiores más importantes.

Pese a que de confirmarse una grave lesión de Felicio la situación se tornaría muy compleja, IDEALpuede confirmar que la primera intención del Covirán sigue siendo la de prorrogar el vínculo de Ali más allá de 2022. El guion más probable ahora mismo pasa por un fichaje que palie la ausencia de Maye y Felicio, la renovación del alero y un regreso de Dejan Todorovic que, eso sí, nadie sabe muy bien cuándo se dará ni cuánto durará, dados los precedentes que azotan al serbio. Esa es la hoja de ruta de un equipo al que las cosas se le han torcido y que tendrá que afinar para recuperar una senda optimista justo antes de una de las fases más exigentes del curso. La cuesta de enero se ha adelantado y las vacas flacas sobre las que había alertado Pin –«llegarán en algún momento» repitió en las últimas semanas– le han llegado en forma de problemas físicos.