Hallan dos manos cerca de la playa donde murió Natalia, asesinada por su pareja en Marbella
El detenido por la muerte de Natalia. /
Un ciudadano encontró los restos y avisó a la Guardia Civil, que se encontraba aproximadamente a dos kilómetros realizando una de las batidas de la búsqueda
Un ciudadano que paseaba por la playa ha encontrado este martes una mano en la arena, cerca de Cabopino. El hombre avisó inmediatamente a la Guardia Civil, que estaba a un par de kilómetros realizando una de las batidas que se mantienen en la zona para localizar los restos de Natalia, la mujer colombiana de 45 años asesinada por su pareja en Marbella. Al inspeccionar la playa, los agentes hallaron la segunda mano.
Aunque se está a la espera de que las pruebas forenses y genéticas lo confirmen, todo apuntan a que ambos miembros corresponden al cadáver de Natalia, ya que el autor confeso del crimen reconoció haberla descuartizado. Su cadáver, decapitado y sin manos, fue hallado el domingo 8 de enero en la playa, por lo que, desde entonces, las Fuerzas de Seguridad seguían buscando los restos mutilados de la mujer, que el hombre aseguró haber lanzado al mar con el resto del cuerpo.
La familia, que había visto en redes sociales los vídeos grabados del cadáver descuartizado en la playa, avisó a la policía porque estaba convencida de que correspondía a Natalia, que se encontraba desaparecida. Un hermano creyó reconocer en aquellas imágenes la fisonomía de la mujer y así lo contó en la comisaría de Marbella, donde presentó la denuncia por su desaparición y subrayó que ella era víctima de violencia de género.
Al día siguiente, 9 de enero, los policías procedieron a la detención de la expareja de Natalia, también colombiano, que además fue condenado en diciembre por maltratarla y tenía orden de alejamiento. La denuncia del hermano de la mujer les dio la llave para hacerlo: el hombre les contó que el exnovio había seguido molestando a Natalia, a la que había estado llamando por teléfono pese a tenerlo prohibido por un juez.
Poco antes de que se cumplieran las 72 horas del arresto, el hombre acabó confesando el crimen de Natalia. La policía lo condujo a la playa y allí narró los pasos que había ido dando. Ahora, el mar ha devuelto unas manos que presumiblemente son de la mujer. Pero los submarinistas del GEAS de la Guardia Civil siguen buscando la cabeza.
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