El Covirán afrontará tres retos en diez días

El Covirán es de los que no descansa por Navidad. La Liga Endesa no se lo permite, se trata de la categoría más exigente que pueda haber tras la NBA y, en las fiestas navideñas, incluso intensifica el calendario. Aglutina tres partidos en solo diez días. No hay respiro ni apenas tiempo para la reflexión y el análisis.

La plantilla gozó de un cortísimo permiso, sábado y domingo, los días de Nochebuena y Navidad, para compartir con la familia alguna comida y cena, pero nada de vacaciones, no existe margen para viajes y menos aún para los extranjeros o largos desplazamientos.

El equipo que dirige Pablo Pin vuelve hoy al tajo en el Palacio de los Deportes. Se ve obligado a preparar tres encuentros a marchas forzadas. Los demás, los rivales, están igual, incluso muchos todavía peor por los compromisos europeos. En solo diez días tendrá que medirse a los ‘cocos’ de la ACB, tiene la salida al pabellón Santiago Martín de Tenerife, el jueves 29 para despedir 2022, regreso al Palacio para enfrentarse al Cazoo Baskonia, el 3 de enero, en lo que será el estreno de 2023 y, nuevo viaje, al Olímpico de Badalona, el 7 de enero, allí le espera el Joventut.

Tres adversarios de empaque. El Lenovo es la gran revelación de la temporada, se codea en todo lo alto y ha sido líder con los ‘magnates’ Real Madrid y Barcelona, al que se le une el Baskonia, otro aspirante a lo máximo que visitará la instalación municipal del Zaidín, en la cúspide también marcha el Unicaja, fortalecido en la actual campaña y que progresa, como lo hacen Valencia Basket y el propio Joventut, también en alza y con ganas de dar la sorpresa en la Copa del Rey de 2023, en la que ejercerá de anfitrión.

Visita del Madrid

Estos platos tan fuertes que llegan en Navidad tendrán el premio ‘gordo’ con la presencia del Real Madrid, el día 15, en el Palacio de los Deportes. El problema es que, con tan ilustres comensales, el Covirán aparece, a priori, como el guiso que los rivales esperan degustar en pleno festín. Y todo ello porque la plantilla granadina está muy mermada.

Para colmo de males, a las bajas de los pívots Cristiano Felicio y Luke Maye se han sumado las molestias de David Iriarte, que apenas obtiene tono físico. Tampoco Dejan Todorovic consigue estar disponible. El refuerzo interior –al menos se queda Prince Ali y ello significa que no habrá que fichar por el perímetro– se demora y va para largo, el mercado es pobre y la oferta granadina escasa. Así será complicado competirle a Tenerife, Baskonia, Joventut y Madrid, pero también al Girona de Marc Gasol. Y eso son palabras mayores.